En esta ocasión entrevistamos al trainer Mauricio Ortiz (40), radicado actualmente en el “bosque” platense y con una gran actualidad en los medios oficiales. El carismático “mauri” nos comenta sobre sus inicios en la cuida, y también muchas cosas que hacen a su profesión actual.
¿Cómo comienza tu vinculo con el turf?
Desde que nací. Mi papá fue entrenador, mi abuelo y mi padrino también y mi hermano Alejandro se dedica a la cuida en Córdoba. Por parte de mi mamá mi abuelo Fabian Riero fue jockey, y todos sus hermanos también lo fueron. Indudablemente no se podía errar.
¿Cómo llegaste a cuidar?
Siempre me vinculé con la actividad, desde toda la vida. Fui fanático de mi viejo Miguel, y sentía que tenía que seguir como si el estuviese, con todas las cosas que me enseñó, y aprendí siendo peón de él. Estaba pendiente cuidar en Buenos Aires, y por una cosa u otra no se daba. Luego gracias a los patrones y a la garra que le metí pude venirme a La Plata. Con mucho sacrificio y soportando una pandemia, me la rebusqué bastante bien. Estoy muy contento, y trabajando muchísimo, siempre defendiendo a los patrones del interior del país. Era una materia pendiente cuidar en Buenos Aires, para alguien del interior es un logro mantenerse acá.
¿Y en La Plata como desembarcaste?
La idea primero fue de mi hermano Alejandro, y con la ayuda de algunos propietarios decidimos armar un stud aquí en La Plata. Teníamos varios caballos, la mayoría estaban para correr en Buenos Aires, y para no viajar tanto decidimos irnos de Córdoba. Elegimos La Plata porque era un poco más acorde a lo que es Córdoba con respecto a gastos, en San Isidro y Palermo es más caro vivir y mantenerse. Ya afincados aquí, conseguí un lugar muy lindo para vivir y cuidar. Yo soy soltero, así que me adapté muy rápido, y ya tengo la patente de entrenador de La Plata. Obviamente que extraño mucho a mi familia, no es fácil estar acá, pero cuando trabajas y haces lo que te apasiona, todo es más fácil.
¿Cuándo comenzaste a entrenar totalmente independiente?
Mi hermano se fue hace un poco menos de un año, pero tiempo atrás siempre tuve algún caballito bajo mis órdenes. Si bien comenzamos trabajando juntos con “ale”, yo hace rato entreno caballos.
¿Y como es la actualidad de tu stud?
En este momento tengo 18 caballos, divididos en tres studs, que están en la misma cuadra. Estamos afuera del hipódromo a 150 mts de la entrada del portón de los 800, donde ahí es mi “partida”. La pista abre 6:30, así que los muchachos llegan a las 6 de la mañana, preparan los caballos, y nos vamos para la cancha. Se arranca bien temprano, antes de media mañana los caballos ya están todos vareados, entrenamos de noche prácticamente. En este momento me están montando muchos aprendices, dos galopadores que andan muy bien, y también Lautaro Ramallo, que descarga 4 kg.
¿Preferís “armar” un potrillo o recibir un training?
Siempre es lindo recibir un potrillo, formarlo, verlo crecer, y que genere ilusiones para llegar a correr carreras importantes. Me gustan los productos, se les toma un cariño diferente. Y el training cuando vienen, normalmente están pasando por un bajón, así que lo tomo como un desafío de tratar de mejorar las actuaciones. Si tengo que elegir, prefiero un potrillo, ya que es una esperanza a futuro. Igualmente no tengo problema con ninguna de las dos opciones, una es un desafío y la otra una ilusión.
¿Qué tipo de entrenador sos?
No soy de poner mucha montura y trabajar fuerte, soy más como me enseñó mi viejo. Tenerlos bien vareados, trabajarlos lo justo y necesario, casi anti-garrote se podría decir. Estando en training, soy más de tenerlos contemplados, y no se muy exigente. Obviamente que si reprisa hay que trabajarlo más, y si es nuevo también, para saber lo que uno tiene. La cancha de La Plata, con respecto a la de Córdoba, es dos segundos más “lerda”, y desde mi punto de vista si exigís mucho, los caballos lo siente y se lesionan más. Soy muy responsable con los horarios y esas cosas, en eso si soy exigente. Lo que es la puntualidad, que las cosas salgan bien, me considero muy prolijo para todo esto. Mi papá me decía que había que dar lo mejor para presentar un caballo, que esté bien “puesto”, limpio, ya que eso hablaba de como era uno como persona, por eso trato de que todo esté ordenado.
Nombras mucho a tu viejo, ¿Dejó una marca imborrable en tu vida?
Totalmente, lo pienso desde que me levanto hasta que me acuesto. Trato de ser como persona y entrenador, siempre como él me enseñó. Va a ser mi espejo hasta el día que me muera. Por él me dedico a esto hoy.
¿A que te dedicabas antes?
Siempre lo que quería ser de grande era entrenador. Fui locutor de orquestas de baile, como por ejemplo Chipote y La Máxima. También fui relator del Hipódromo Córdoba 4 años, ya que me escucharon una vez en un asado y lo hice bastante bien.
Por último, ¿Qué le ofrece Mauricio Ortiz a un propietario que quiere cuidar un caballo en La Plata?
Sinceridad, seriedad, y calidad en atención. Siempre responsable al 100%. Dejo mi teléfono por si alguien quiere contactarse (2214811608).